lo mataron a golpes A Javier Ordóñez

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Un especialista forense se refirió a las causas que produjeron la muerte de Javier Ordóñez, el miércoles pasado, luego de que el ciudadano fuera reducido con descargas eléctricas de una pistola taser por parte de dos policías del CAI Villa Luz, en la localidad de Engativá (noroccidente de Bogotá).

El medico tomó como base las fotos del cuerpo de la víctima en donde se evidencian hematomas en varias partes, y Semana hizo una representación gráfica para diferenciar las heridas que dejaron los choques eléctricos y las que fueron causadas por golpes, en un aparente abuso de autoridad.

“Se observaron muchos traumas en las regiones de la cabeza y cara, y elementos que nos indican que hubo politraumatismos, sobre todo en cuello y cuerpo”, aseguró Angulo, y dijo que esas marcas en el cuello indican que se hizo bastante presión allí.

“Las marcas blancas en el cuello pueden ser de cuando se aplica la corriente con la pistola ‘taser’, pero lo demás sí son traumatismos. Hay unas equimosis (moretones) longitudinales que nos indican que, de todas maneras, se pudo comprimir el cuello, con algún elemento o con las manos”, detalló el médico forense.

Fue por eso que el doctor Angulo descartó, en ese medio, que Javier Ordóñez haya muerto producto de las descargas con el arma no letal, y pasó a hablar de lo que habría ocurrido luego de que el hombre fuera llevado al CAI Villa Luz, uno de los más de 60 que fueron quemados por vándalos en medio de disturbios.

“Esas heridas, necesariamente, tuvieron que ser ocasionadas con elementos contundentes […] y ya no se trata de lo que pasó en el lugar de los hechos, sino en otro sitio. Tuvo que haber traumatismos directos hacia esa región (cuello y cabeza)”, agregó el médico.

“Las primeras lesiones no lo mataron, esas lesiones no produjeron la muerte, lo alteraron totalmente, pero siguieron los traumatismos de otras características en otro sitio, y esos fueron los que finalmente lo llevaron a la muerte”, concluyó el experto forense.

Frente a la pregunta de si las heridas y hematomas que tiene el cuerpo coinciden con la descripción de los hechos que entregó un testigo, y cuyo testimonio lo publicó la periodista Vicky Dávila en su columna, el médico respondió: “Sí. Sí coinciden, porque la parte roja son golpes”.

Y es que según el relato del testigo, que fue el hombre al que llevaron detenido al CAI junto con Ordóñez, en ese sitio hubo patadas, choques eléctricos, puños y otras agresiones.

“… Javier aún se encontraba vivo y me decía: “Costa, me duele todo”, y yo le dije “tranquilo, tranquilo”, y fue cuando uno de los policías con los que Javier se había peleado le pegó una patada en la cara, una en el pecho y una en el estómago. Y yo les dije a los policías que no le pegaran más…”, aseguró el hombre.

Lo mismo había dicho el abogado que representa a la familia de la víctima, Vadhir Gómez, pues cuestionó el procedimiento de los policías al decir que “al interior del CAI se le sigue golpeando”, y que allí también “hay policías que generaron omisiones a pesar de los malos tratos”.

Pero recientemente se conoció la declaración que entregó el patrullero Juan Camilo Lloreda Cubillos, que aseguró que el traslado al CAI fue para diligenciar unos documentos y que “siendo la 01:00 a.m., el señor Javier Humberto Ordóñez manifiesta sentirse mal, por tal motivo se solicita un vehículo policial para trasladarlo a la Clínica Partenón”.

Estas versiones, así como las imágenes del estado en el que quedó el cuerpo, serán clave para que la Fiscalía establezca la responsabilidad que tuvo cada uno de los siete policías implicados en la muerte del estudiante de derecho.