Una madre, que se ganaba la vida como vendedora de un almacén, resultó muerta cuando en una droguería de Kennedy, presuntamente le colocaron de manera indebida y sin receta médica, una inyección para un dolor que tenía en la espalda y esto a la hora le provocó la muerte cuando era atendida en la Clínica de Roma de esta localidad.
La señora Adela Palacios indicó en Medicina Legal que su hermana respondía al nombre de Sandra Marisabel Palacios, tenía 39 años, para ganarse la vida trabajaba como vendedora de un almacén y era madre de tres niños.
La información que tienen es que Sandra Marisabel presentaba un fuerte dolor en la espalda, a la altura de los riñones, motivo por el cual fue hasta una droguería a una cuadra de su casa solicitando un calmante para el dolor.
Dijo que Sandra tras regresar de la farmacia comenzaron a voltearse los ojos hacia atrás, estaba morada, cayendo desmayada al suelo, motivo por el cual la trasladaron de urgencias hasta la Clínica Roma, donde los médicos la ingresan en grave estado crítico al sufrir tres paros respiratorios, a pesar que la reanimaron la misma cantidad de veces, falleció a la hora.
La señora Palacios dijo que los médicos presuntamente le dijeron a ellos que había muerto por COVID-19, pero nunca le hicieron la prueba sino 24 horas después la cual por cierto salió negativa, de igual manera no avisaron a la Sijin o CTI de este deceso.
Sino fue el miércoles cuando fueron hacer el levantamiento del cadáver, el cual estaba en proceso de descomposición ya que al parecer en el centro asistencial no cumplieron con las medidas se conservación.
Espera que se avance en las investigaciones de este deceso, de modo que se establezcan responsabilidades tanto de la droguería, como del procedimiento médico. “Solo queremos saber qué pasó realmente”, dijo la señora Adela. / Extra – Bogotá